miércoles, 31 de agosto de 2011

Cuando en la cabeza pasan este tipo de cosas....


Me gusta pensar que sos el que a veces no viene a clase y que desilusiona a más de una los días que falta. Me gusta pensar que otras te desean... ¿eso es normal?
Me gusta pensar que otras intentan encontrar la forma de hablarte. Me gusta pensar que sos el amor imposible de alguien que colecciona tus looks y tus miradas, que soy la chica odiada, la envidiada o la inexistente, solo por haber logrado llamar tu atención. Desearía estar cual mosquito, en tu oreja. Pero no de una forma controladora, no de una forma avasallante, sino como un insecto curioso que te zumba de vez en cuando en el oído. Me gustaría estar en la cabeza de tus futuras alumnas, verte convertido en el danzarín apasionante cuya privacidad está restringida a las puertas del aula. Quisiera saber las cosas fuertes que tendrían para decirte, ya se, estoy completamente fuera de órbita, de tiempo y de lugar pero ésto es dejar volar la imaginación a extremos... que solo yo puedo alcanzar.

domingo, 14 de agosto de 2011

Raro

Hoy cuando me desperté me paso algo muy raro, las paredes eran verdes y me cabeza daba vueltas, veía como un grupito de duendes jugaba en mi pieza, y cada tanto uno venía y me preguntaba como estaba, "mareada" era lo único que le contestaba. De repente me quedé dormida, y un conejo vino a despertarme, me dijo que tenía que acompañarlo, que era urgente, que se estaba alejando cada vez más y más mi grupo. Yo por supuesto, no entendía nada, pero de alguna forma me sentía segura con lo que el simpático conejo me decía.
Caminamos 5 minutos, que parecían interminables horas, y llegamos a un descampado con un grupo de chicos, nada anormales, como yo. De repente nada de conejos, ni duendes, ni paredes verdes. Empezamos a caminar, solo caminaban con sus mochilas enormes de campistas, y yo los seguía. Miré mi reloj, y noté que la aguja daba vueltas rápidamente. No lograba mantener la calma mientras que caminaba por el silencioso descampado, que parecía no acabarse nunca. Por momentos sentía escalofríos de todo sonido que escuchaba a mí alrededor. No eran sonidos normales de animales, eran totalmente desconocidos.
Habían pasado cinco minutos (creo) , me sentía desesperada y empecé a transpirar más que nunca; miraba mi reloj para tranquilizarme un poco, pero vi que se había parado. Mierda, no se ni que hora es. Pero siguen pasando las horas y todavía había un sol espléndido. En un santiamén cerré los ojos y cuando volví a abrirlos no estaban ninguno de los chicos, en su lugar había un chico llorando en una piedra enorme. Me quise acercar con cuidado para no asustarlo y le toqué el hombro sin miedo y el me miró. ¡Qué ojos espléndidos! Tenía una mirada tan linda y tranquilizadora, que mi pulso desaceleró un poco. Nos miramos un rato largo y empezó a acercarse a mi oreja, susurró algo así como un no se qué y mi corazón empezó a latir muy fuerte, transpiraba demasiado y cuando volví a mirar mi muñeca, mi reloj, heredado de mi abuela, ya no estaba. ¡NO! Mi reloj! Empecé a gritar y quise irme pero tenia los pies pegados a la piedra y los ojos clavados en los suyos. Sentí un calor tremendo en mi cuerpo, sentía que me quemaba y el no hacía nada para impedirlo. Vi a un costado mi reloj tirado y traté de acercarme para decirle que me deje ir. Al parecer me entendió y estiré la mano para agarrar mi preciado reloj. Toqué con mis dedos la maya del reloj y se convirtió extrañamente, en un segundo, en una asquerosa y enorme cucaracha. ¡¡Que asco!! A su alrededor había mil cucarachas más, y lo primero que pensé fue salir corriendo. Intenté escapar pero el chico agarró mi muñeca vacía a la que le faltaba el reloj y me dijo pasivamente "En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce, hay un lecho de hierba, una almohada verde suave, recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo y, cuando los abras, el sol iluminará para ti" - ¡¿Qué mierda hablás?! ¡¡Yo me voy!!.
Traté de escapar de esa maldita realidad, busqué salidas por todos lados, creí que todo era tan raro, que tal vez iba a encontrar atrás de un árbol una puerta chiquitita que me haga volver a mi casa. "Conejo de mierda, ¡volvé! ¿Ahora que hago para estar en mi cama?" Y mientras pensaba
en un insulto mucho más agudo para dirigirle al conejo vi pasto, pasto por todos lados y una almohada que parecía super cómoda. Bueno... ¿que hora es? Ay.... cierto que no tengo mi reloj. ¿Donde estará mi reloj? Todavía hay sol, tengo sueño, tengo sueño, tengo sue...

Cuando desperté me di por aludida, estaba de nuevo en mi casa, en mi hogar, con los problemas de familia de siempre, con las obligaciones de todos los días, con mis libros, mis esmaltes, mis cuadros, mis pinturas. Todo estaba ahí otra vez. Pero... ¿Por qué el chico me dijo que el sol me iba a iluminar? Si todo el tiempo peleo con mi novio, con mi mamá, si me va mal en el colegio, si no me veo linda y mi vida no es de lo más hermosa y tranquila?

Estaba muy confundida, pero como vi que era un sueño, no le di mucha bolilla. Me levante para cambiarme la remera, ya que estaba toda transpirada, y arriba de mi escritorio vi una notita verde entre todos mis papeles y apuntes, me acerqué para leerla: decía "El sol te ilumina cada día, no por tu vida es hermosa, si no porque tenés un novio y una familia con la cual podés pelear, podés ir al colegio, podés tener un cuerpo completo aunque tengas unos kilos de más, y tu vida puede no ser hermosa, pero cada uno LA HACE MARIVILLOSAMENTE HERMOSA O TERRIBLEMENTE TRISTE, solo hay que buscarle el lado positivo y saberla aprovechar".....

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