sábado, 20 de marzo de 2010

Increíblemente te vi con ella y no sentí absolutamente nada. Sí, tal vez un poco de celos porque yo estoy sola y vos acompañado, nada más. Nada muy cercano a una decepción amorosa. No se qué pensar de esto… ¿Será que ya no me afecta, que ya me acostumbré? ¿Que ya no espero nada de tu parte? ¿Será que todo lo que estaba ahí dentro mío se fue de un soplido? ¿Sigo amándote? Tal vez, después de todo, nunca te amé. Tal vez, después de todo, me estaba mintiendo a mi misma. Quizá eras una excusa para no madurar. Quizá se trate de eso. Probablemente esté madurando. Probablemente fuera todo una mentira. O, más específicamente, esté cansada de luchar en contra de lo inevitable y dejo que la corriente me lleve sin oponer resistencia ni llorar o asustarme. Ya está. Ya sabía que no eras para mí. Y ese beso apasionado que le diste me hizo sentir menos miserable de lo que creí. Sólo una cosa es segura en todo este caos: hay que seguir adelante. Tengo que librarme de todo lo que me ata a mi pasado oscuro y empezar a brillar de verdad. Empezando por vos.

No hay comentarios:


Seguidores

Visitaste mi blog? :)

Vistas de página la semana pasada

Blog Archive