miércoles, 9 de enero de 2013

Un tanto metafórica


Empiezo a caminar y siento el calor del sol sofocándome los ojos y  el ardor de la arena bajo mis pies, quemándome.. entrando en mi.  Tantos cuerpos y sombrillas complican bastante llegar a donde quiero: el mar. Cuando al fin lo logro siento como el agua salada de la mañana toca mis dedos y me causa un escalofríos; ahora se va el agua… pacifica. Sube…y baja. Veo recorrer su caminito más de cinco veces y ahora si, ¡basta! estoy decidida a entrar.
El agua me distrae, me deja pensar en paz. Me rodea toda la calma que puede darme la naturaleza y mi mente se aclara un poco más. En ese instante me siento valiente, llena de fuerzas y sin embargo ahora puedo decir que no había el valor suficiente en mi. Ahhh ¿hace cuánto tiempo no me sentía así? Cierro los ojos y me dejo llevar por la tranquilidad, y cuando menos me doy cuenta una ola rompe encima mío y me tira para abajo,  mis pies flotan y ahora ¡no puedo tocar el piso! Un torrente de nervios se apodera de mi, siento el agua empujándome muy fuerte con ganas de llevarme y devorarme y provoca un revoltijo en mi panza: de las tostadas con queso que acabo de desayunar, de emociones y sentimientos, de miedo, de TERROR. Ah, esto sí que me resulta muy familiar… Siento como me ahogo y el mar me aleja de la realidad y no encuentro el momento oportuno para salir. Creo que si hago un paso voy a empeorar las cosas, me digo a mi misma “todo va a estar bien” pero la cabeza me juego en contra y el hecho de no poder pararme me carcome la paciencia. No puedo, no tengo más fuerzas, peleo contra la corriente y sigo viendo que nada bueno resulta. Entonces sin más ánimos dejo de pelear con el agua...Ahora no se cual es el futuro que me depara y de todas formas nado un poquito, un último esfuerzo y ¡al fin! hago pie y logro salir.

A veces (muchas, en realidad) sigo con ganas de más, sigo con ganas de tratar de llevar bien las cosas y sin embargo, por más empeño que le ponga y por más que intente mantenerme a flote termino siempre en el mismo lugar en el que comencé. En ese pozo profundo en donde la arena se revuelve, lleno de caracoles rotos que te pinchan los pies y en donde las olas aman romper. Siempre está esa sombrilla o ese túmulo de personas para obstaculizarte todo, siempre hay algo que me hace volver al mismo problema...


Es inevitable volver ahí.

sábado, 14 de julio de 2012

Pilasos

Estoy sumergida en una terrible y asquerosa depresión, y como siempre, cada vez que estoy depresiva escribo en mi blog. Mi abandonado blog. No entraba hace más de tres meses. Y me puse a ver las opiniones que aparecen abajo de las entradas y dos personas habían puesto que estoy loca. No estoy loca, forros. ¿O si?

Se me está acabando el año, y acabo de caer. ¡No hice ni la mitad de las cosas que tenía que hacer! En menos de una semana me voy a Bariloche y viendo el calendario me di cuenta que me queda solo medio año de secundaria y empecé a llorar. No, no, no por favor no quiero terminar quinto, no quiero, no quiero, no quiero. Pero ya noté que por más de que lo escriba más de quinientas veces en mi cuadernito de anotar la vida no voy a parar el tiempo, ni voy a vivir quinto para toda la eternidad. Se va a acabar en algún momento. Pero no, no, no quiero, no quiero. Hay cosas que no deberían cambiar, cosas que uno debería poder meter en una de esas vitrinas de cristal y dejarlas allí tranquilas. Se que es imposible, pero es una pena.
Me gustaría quedarme acá, en mi cuadra, en mi colegio, en mi curso, en mi silla con o sin chicle, en mi pollera gris, camisa blanca, corbata bordo, en mi cara de sueño, en mis pelos sin peinar, en mis zapatos sin lustrar, en las interminables horas de filosofía y las entretenidas horas de economía. En los recreos, con chichones en la cabeza por tantos pilasos de amor repartidos, llena de gas en la panza por tantos vasos de coca que me ofrecieron. Me gustaría que todos los días sean tan iguales a estos. Llegar como de costumbre cinco minutos tarde y que Cesar me abra la puerta solo por compasión, ir a la formación y tragarse minutos interminables de palabras que nunca escuché, pero que el día que se acaben voy a llorar por no poder recordarlas. Subir a mi curso hermoso, colorido, y ver las caritas de todos, dormitando sobre las mesas. Y ver los resumenes y las hojas y ¡ah! me olvidé que había prueba de política y saco rápido los resumenes y trato de estudiar algo pero no me entra, y escribo unas palabras confusas con dibujitos en la mesa para llegar al menos a un cuatro, pero juuuuusto ese día se le ocurrió a Lemir cambiarnos de lugar, chau cuatro.
Y que venga Anita a decirnos buen día, y a contarnos alguna novedad. Y que en el segundo recreo me de hambre y sacar mis cerealitas y mi botella de agua y acabarnos el paquete entero con las chicas. Y hablar, hablar, hablar... y no dejar de hacerlo nunca. Ay, no quiero seguir llorando por el colegio. Pensar que algunos tienen un concepto de "MIERDA" sobre mi colegio. Yo lo amo.

Les juro que, no se. Me voy a pegar un tiro. No, mentira. Encima no esta mi novio, la puta madre. Creo que me voy a ahogar mis penas en mi almohadita. Estoy muy triste. Puto blog de mierda. ¿Por qué siempre mi blog sufre las consecuencias? Siempre está abierto para mí, todavía no se porqué no se cerró, pasaron meses desde que no escribo.
Hay una canción de Drexler que dice: "Qué habré hecho yo de bueno para que la vida crea que yo te merecía"
Y ahora digo: "Qué habré hecho yo de malo para que la vida se pusiera tan mierdosa"
Nada. Nada menos...  (Pongo esta imagen para añadirle más drama a la entrada, ¿se siente la desdicha?)

viernes, 6 de abril de 2012

Hola

Vieron esos animalitos o frutitas o en la forma en la que vengan, que los ponés en el agua por unos días y absorben el líquido y se hacen grandes y resbalosos? Son objetos muy interesantes, si te ponés a pensar...
Me puse a ver que onda esos juguetitos, el paquete dice que se puede expander hasta un 600%, claro, después se hace tan grande que se desintegra y hay que hacer una biopsia.

En la casa de mi primita vi uno de esos y me puse a leer la parte de atrás del envase.
Lo que más me sorprendió fueron las indicaciones en el paquetito en el que venía: "Do not swallow". Me pregunto a quién, por el amor de Dios, se le habrá ocurrido tragarse un bicho de esos alguna vez... y también qué pasaría... imaginen una ecografía de estómago con forma monito... imaginen cómo iría creciendo en su paso por la faringe y el esófago... el tamaño que alcanzaría a la altura del intestino delgado... Es brillante...  podría pasar que sea tal su crecimiento desmesurado que alcance enseguida las proporciones de cualquier órgano vital y lo haga explotar, y entonces saldría toda la bilis y el jugo gástrico por las orejas, nariz, y boca. Lovely.

También me acordé de esos bichos que los tirabas hacia la pared y se pegaban... te duraban tres días limpios. A la semana eran una bolita pegajosa con tierra y mugre de toda tu casa y del colegio. 
Una vez mi mamá me compró uno de esos, habían pasado ya dos semanas desde que lo tenía y un día misteriosamente desapareció de mi mesita de luz. Y mi mamá nunca más volvió a comprarme uno. ¡¡Los odiaba!! Es que realmente... eran asquerosos. 

Uuuuh y se acuerdan de esos frasquitos que tenían como moco adentro que vos le metías el dedo y hacían ruido de pedo? Jajajaj, esos si que eran buenos... Creo que hoy me podría volver a comprar uno de esos. Son los que más me gustan. 

Si, me voy a comprar uno de esos.
Chau.

sábado, 3 de marzo de 2012

Hoy fue un mal día.

Probablemente mi mayor tacha sea creerme  todas esas cosas de que "el tiempo pone a cada uno en su lugar", todo eso de que "si tratas de ser positivo te va a ir mejor", de que la suerte no existe, sino que tenés éxitos por invertir todas tus fuerzas en ese sueño que llevas siguiendo desde que aprendiste a separar llorar de gritar. Y mientras estoy sumida en mi ego creyendo que puedo con todo, me interrumpe el despertador, así que después de no pegar ojo en toda la noche decido levantarme con el pie derecho mientras tengo pegado en la frente: “Para ser feliz hay que obligarse.” Me había levantado con ganas de ser optimista y de resolver mis problemas. Hasta que en el almuerzo mencioné "asbsab me dijo que a mi me pueden gustar bellas artes" y como respuesta obtuve "Decile a ajsajk que te deje de dar ideas estúpidas". Y a partir de ese momento solo quería llorar y que me abraces. Que vengas a mi casa y que me consueles, y vivir con vos para siempre en una casita en
Canadá, y al darme cuenta que no ibas a venir, desperté de esa fantasía y me di con que todos somos
lo suficientemente egoístas como para pensar cien veces y, las cien, pensar en nosotros mismos. Entonces traté de buscar algo que me guste, algo que me apasione, y no encontré nada. 
Mi profe de filosofía ayer dijo "El choque con la nada, puede ser muy frustrante" Si amigos, es demaciado frustraste. Y escuchar que algunos dicen "Voy a ser futuro abogado, administrador de empresas, chorro profesional..." Y vos, Agustina? Que querés ser? Artista profe! Eso quiero! Bailar y vivir sobre las tablas, actuar y cagarme de hambre! 
Y cuando terminó el día traté de mentalizarme que eso no es lo que tengo que hacer, me lavé la cara pensando que iba a volver a estar como nueva y cuando miré de nuevo al espejo me dí cuenta que sigo igual, pero ahora ya no tengo aquel cartel pegado en la frente, ni siquiera tengo ganas de ser optimista y ya me da igual pisar primero con el pie izquierdo o quedarme de pie en la ducha viendo como cae el agua;pensando que mañana voy a ser feliz. No, ni eso. Estoy triste.

domingo, 15 de enero de 2012

9: El avión.

Quise apurar las cosas.

- Bueno Yi, anda a preparar tu bolso, tenemos un largo viaje por hacer. Corriendo subió a su pieza y yo seguí conversando con mi dulce tía. Al instante bajó Yiyí con una mochilita muy pequeña, en la que supuse no llevaba más de dos remeras y un pantalón. Mi tía se rió, y nunca le dijo que busque más abrigo ni más ropa, y me pareció que no le daba mucha importancia a como vaya vestida su hija.
- Llevas abrigo Gisela?- le pregunté.
Y asintió con una mueca, seguramente pensando que soy una pesada. Y yo pensando que era una mocosa todavía.
La tomé por los hombros y la llevé hasta la puerta. Mi tía le quizo dar un beso y ella le corrió la cara, y le dijo secamente "cuidate mamá". Me quedé estupefacta, como me gustaría poder darle un beso a mi mamá por ultima vez. En ese momento me dieron ganas de darle una buena cachetada a mi prima, pero aún no había mucha confianza. Agarré mis cosas y empezamos a caminar, directo al aeropuerto. En el camino hacia allá sentí una vibración incomoda en mi trasero. Celular. Con miedo, abrí el aparato, pensando.. ¿Quién podría ser? Esteban.
" Ojalá te vaya bien en tu viaje y te sirva para recapacitar y darte cuenta lo mal que hiciste. Saludos"
Y en mi cabeza pensaba..."Pero porqué no te vas a la conch..." No le pensaba responder, no era para nada un mensaje informativo así que apagué el celular y lo escondí en mi bolso entre medias y bombachas para no tentarme de prenderlo durante el viaje.
El avión llegó y esperamos un largo rato hasta que subieron todo el equipaje atrás, mientras, subíamos al avión y nos sentamos en nuestros lugares. Antes de despegar miré a Yiyí, que hasta entonces no había emitido palabra alguna, y le pregunté
-¿no tenés miedo de no volver a ver tu mamá? Digo, porque no la saludaste bien cuando te ibas...-
Negó con la cabeza con cara indiferente a mi pregunta y dijo que no le iba a pasar nada "Todo va a estar bien" me dijo. Si, todavía era una mocosa.
El avión despegó. El viaje duraba 12 horas mas o menos, se me hicieron parecidas a 50 horas. Entre tanto y tanto dormitaba, pero nunca podía descansar. Y dichosamente, la Yí dormía como desgraciada. Era tan bonita, me hacía acordar mucho a las fotos que mi mamá me mostraba de cuando ella era chiquita. Tenía las mismas pecas tan llamativas y esa tez blanca tan reluciente. Su carita de ángel hizo que extrañara a mi mamá más que nunca. La necesitaba, y más ahora. Pero yo sabía que iba a seguir adelante, como siempre supe hacerlo "vos podes" pensé.
Empecé a desvanecerme en mi asiento del sueño y cerré los ojos. Sin darme cuenta me quedé dormida.
Soñé varias cosas, entre ellas recuerdo una callecita muy pintoresca, y una plaza al lado, era como la plaza al frente de mi departamento, pero no. Definitivamente no era la misma plaza, algo había ahí que marcaba la diferencia.
Y al cabo de unos instantes logré distinguir que era... en uno de los bancos de la plaza había un hombre sentado, con pelo color azabache, los ojos grises... iguales al cielo cuando está a punto de llover. Algún estimulo que venia de adentro de mi cuerpo hizo que me acerque a él. Me senté a su lado, y ni se percató de que yo estaba ahí. Me miró muy serio pero pasivo, no enojado. Se quedó unos instantes mirándome, y yo trataba de acordarme de donde conocía su cara, pero ninguno de sus razgos me era familiar. Sin embargo, sentía que lo conocía de toda la vida. Èl abrió los ojos como sorprendido y me dijo “¿Sabés cuánto tiempo te estuve buscando?” y rompió a llorar.
Inmediatamente me desperté, exaltada y un poco apesadumbrada, porque me había olvidado en donde estaba durmiendo. Cuando veo a mi alrededor visualizo a Yiyí, y estaba mirandome, como si hubiera estado un largo rato allí esperando que despertara.
-    Acabo de soñar algo muy raro- me dijo- Era un hombre que me preguntaba por vos, te estaba buscando.
Por unos instantes pensé que era el mismo hombre de mis sueños, pero me convencí de que era una locura. No podía ser el mismo. Sin embargo, tuve curiosidad por saber de aquél hombre.
-    ¿Y vos lo conoces Yí? ¿Quién era?- le pregunté
-    Nicolás.

domingo, 6 de noviembre de 2011

8: Rulos colorados

No me atreví a viajar sola a un lugar tan desconocido y nuevo para mi. Fue entonces cuando recordé que tenía una pequeña amiga, una primita que llevaba mi misma sangre aventurera, la misma que había adquirido rasgos igualitos a los de la abuela Lola. Ella era como el viento, cada semana cambiaba el rumbo al paso de la brisa, y encantaba a cualquiera. Y si no encantaba, a ella no le importaba. Solo buscaba ser libre. En eso sí que estábamos de acuerdo las dos: ser libres. Nada más lindo que ir de la mano con la libertad, sin tener que detenerse al paso de los demás.
Ella, mi pequeña futura aliada, se llama Gisela, mejor dicho Yiyí.

¡Que linda que es Yiyí! Cabellos rojos como el fuego y tez blanca como la leche. Sus pecas eran una de sus mayores atracciones. Seguramente estaba tal y como la recordaba, nada más que ahora con un cuerpo más desarrollado, ya debería estar tocando los 15 años.
No la veo desde que cumplió los 6, que mamá nos llevó a Tierra del Fuego a conocer y de paso a festejar el cumple de la dulce Yiyí, la cual estaba en casa solo de casualidad, porque acababa de llegar de un espléndido viaje en España, acompañada de su papá, el tío Luis.

No lo pensé más y arreglé todo para viajar y buscar a Yiyí en la semana entrante. Busque mi pasaporte (que no usaba hace bastante), reservé un pasaje y llamé a mi tía para avisar que el 5 de noviembre estaría en su casa.
Supuse que mi tía iba a estar entusiasmada al verme, pero mi llegada no pareció ser tan relevante.
La tía Lau estaba vieja, arrugada, y aunque las tristezas quisieron tirarla abajo, se mantenía linda y coqueta como siempre.
Me ofreció una taza de té y muy agradecida le dije que me gustaría mucho y pregunté por mi tío. Me sentí muy mal en aquel momento, fue uno de los peores en mi viaje, porque pareció que saqué de todo su ser la escaza felicidad que había.
- En la cárcel- replicó secamente
Como vio que mi cara se desfiguró y no supe que contestar a tal horrible y aterradora respuesta, cambió de tema para evitar la parte incómoda y me dijo que un rato llegaría Gisela. Entonces esperé en el living.
Visualicé a lo lejos, en una mesita de algarrobo, unas fotos enmarcadas y por pura curiosidad me acerqué y me dí con que yo estaba en una de ellas, estaba chiquita, y con una sonrisa hermosa y real, una de esas que solo tienen los más chicos; cuando casi siempre somos completamente felices.

Me volví hacia atrás y noté que alguien me estaba mirando. A 4 metros de mí había una mujercita que permanecía inmóvil, con pantalones anchos color verde muzgo y una remera muy colorida, al estilo hippie, acompañada de unos rulos enormes perfectamente armados de color rojizo.
Con la cabeza inclinada hacia el costado, me miró impertérrita. Le dediqué mi sonrisa más linda y traté de soltar algunas palabras.
- Hola- la saludé - ¿Sabés quién soy?
- ¡Ana! - me dijo, y no pareció tan sorprendida.
Sus ojos eran grandes y de un peculiar tono verde y azulado, y tenía los labios tan rojos que parecían pintados.
Me emocioné mucho al pensar que tal vez aún me recordaba, pero después supuse que mi tía le había dicho que iba a venir, porque la última vez que la vi era muy chiquitita como para acordarse de una cara a la que muy pocas veces vio en su vida.
- Yi, ¿no tendrías que estar en la escuela?
- Hoy salí temprano porque mamá me dijo que vendrías.
Tal y como lo pensé.
- ¿Sabés a qué vengo?
Aunque de momento Yiyí no dijo nada, noté cierto brillo en sus ojos y una expresión altiva en su cara , como si supiera todo lo que estaba apunto de decirle. Esbozó una enorme sonrisa y sus mejillas pecosas se pusieron coloradas ¡que ternura! pensé.
- Si, a pasarla bien conmigo- rió.

jueves, 27 de octubre de 2011

Me faltan en mi vida muchos viajes en colectivo

Me gusta andar en cole porque me despeja la mente, revive en mi cabeza un candombe de ideas, ideas que son más bien aventureras. Me hace pensar, pensar en cada pequeño detallito de cada acción de cada hora de mi vida. Me pone feliz, me deja tranquila. Es (creo) el único momento en el día en el que estoy callada conmigo misma, en el que dejo de hablar a los demás y también de escuchar, para prestarme atención a mi misma. Escucharme.
Y me bajé del colectivo, y me pasó algo muy raro. Solo caminé y dejé de pensar en los demás, empezé a enfocar mis pensamientos en mi. Aprendí a elegir lo que me hace bien y lo que me hace mal. Nunca imaginé aquel día donde las lágrimas ya no brotarían. Dejé de preocuparme tanto y lo unico que hice fue.... comenzar a vivir.  Es mejor así :-)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Licenciatura en.... Qué?!

Hoy estaba sentada en una sala de conferencias escuchando una pequeña clase sobre la facultad de humanidades y sus carreras. Mientras prestaba atención con los ojos pegados a la profesora incoherente que daba la clase, escuchaba el bisbiseo del chico que estaba atrás mío. Me irritó las forma en la que hablaba y por eso no me dió importancia darme vuelta y verle la cara. Trataba de concentrarme y el seguía con su charla tan entretenida de juegos de computadora (si, me distraje de la clase escuchando su estúpida conversación) hasta que me dí vuelta y le lanzé una mirada impasible como para que se diera cuenta de que trataba escuchar y volví a mirar a la profesora. Él siguió hablando. (Que idiotez que tenía, por dios.)
Al cabo de unos minutos la profesora nos preguntó si había alguna duda, y yo le pregunté acerca de la licenciatura en letras. "¿Que salidas laborales puede tener una licenciada en letras?" Y al finalizar su respuesta la profesora, el chico que estaba atrás mío me dijo con voz totalmente desorientada y burlona, como para hacerce el chistoso en frente de sus amigos: "Licenciatura en letras? ¿Para qué vas a estudiar eso?" A lo que yo le respondí: "Me gustaría estudiar esto para escribir un libro sobre los pelotudos que me hacen esa pregunta. Porque me gusta . Porque creo que no “salís siendo”, sino que “te convertís en”. Por el grupo humano y la apertura de mente que hace que deje de estar al tanto de gente como vos. Para hablar y escribir mejor que vos. Porque no me importa un futuro planeado. Porque creo en la vocación y no en la conveniencia. Estudiaría esto porque es una buena excusa para hacer lo que más me gusta, escribir. Porque no se hace nada con esto. Porque es un fin en sí mismo . Y si todavía no entendés por qué estudiaría esto… entiendo por qué. Es difícil de explicar en la era de los posgrados de tres años para convertirte en recepcionista de hotel  o ¿Marketinero? ¿Qué salís siendo de eso? ¿Administrador de empresas? ¿Garca profesional? ....




MENTIRAAAA. Bajá un cambio Agustina... tranquila ¿Cómo vas a responder algo así? Pobre chico. No tiene porque sufrir mi idiotez rutinaria.


Giré noventa grados y le dije "Porque me interesa, simplemente" (amplia mueca a continuación)


Que semana de mier.

sábado, 8 de octubre de 2011

Con la locura como estandarte !

...hay algo que ustedes, los hombres, nunca van a poder abarcar, comprender, entender, en sus mentes, en sus cuerpos, LO PSICOTICO DEL ASUNTO.... Vos una vez al mes estás de mal humor y decís "que mierda que es la vida". De repente ves una publicidad y te ponés a llorar y decís "¿Qué carajo, qué carajo?" pero de repente te acordás y decís "Ah, cierto que me está por venir". ¿Sabés que psicótico que es eso? No controlar tus emociones, no controlar lo que te pasa. Arrrgggggg .

sábado, 10 de septiembre de 2011

Mmmmm...

Que crueldad la de las empresas de galletitas de agua, te ponen tremendo jamón crudo en el envase para hacerte desear lo que no podés comer (si estas a dieta) o para que te sientas más diet sólo por el hecho de que negás al jamón crudo, o a la famosa mermelada de frutilla de la fotito; porque creo, que el que come eso no lo hace por elección, si no por necesidad ¿Quién comería, por ejemplo, un chocolate, antes que esa porquería insípida, incolora, inodora?

.... Realmente quiero una feta de jamón crudo ahora mismo...
Capitalistas. Creen que por tenerla clara con el marketing me pueden hacer desear sus porquerías.
No! De ahora en más vivo de agua y ensalada. No, mentira. Acá sito a mi querido Homero Simpson, que nadie más que el lo podría haber dicho mejor: "No vives de ensalada" Pero ahora, yo estoy peor que los chinos, a base de arroz, y que los bebés a base de puré de frutas.

Tranquilos, me voy a vengar, cuando pueda me voy a devorar todas las gódolas del Carrefour de acá a la vuelta...

¡Y que me maten por tirarles mierda! galletitas de agua.


Si, me mandé cualquiera. Chau.
.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Cuando en la cabeza pasan este tipo de cosas....


Me gusta pensar que sos el que a veces no viene a clase y que desilusiona a más de una los días que falta. Me gusta pensar que otras te desean... ¿eso es normal?
Me gusta pensar que otras intentan encontrar la forma de hablarte. Me gusta pensar que sos el amor imposible de alguien que colecciona tus looks y tus miradas, que soy la chica odiada, la envidiada o la inexistente, solo por haber logrado llamar tu atención. Desearía estar cual mosquito, en tu oreja. Pero no de una forma controladora, no de una forma avasallante, sino como un insecto curioso que te zumba de vez en cuando en el oído. Me gustaría estar en la cabeza de tus futuras alumnas, verte convertido en el danzarín apasionante cuya privacidad está restringida a las puertas del aula. Quisiera saber las cosas fuertes que tendrían para decirte, ya se, estoy completamente fuera de órbita, de tiempo y de lugar pero ésto es dejar volar la imaginación a extremos... que solo yo puedo alcanzar.

domingo, 14 de agosto de 2011

Raro

Hoy cuando me desperté me paso algo muy raro, las paredes eran verdes y me cabeza daba vueltas, veía como un grupito de duendes jugaba en mi pieza, y cada tanto uno venía y me preguntaba como estaba, "mareada" era lo único que le contestaba. De repente me quedé dormida, y un conejo vino a despertarme, me dijo que tenía que acompañarlo, que era urgente, que se estaba alejando cada vez más y más mi grupo. Yo por supuesto, no entendía nada, pero de alguna forma me sentía segura con lo que el simpático conejo me decía.
Caminamos 5 minutos, que parecían interminables horas, y llegamos a un descampado con un grupo de chicos, nada anormales, como yo. De repente nada de conejos, ni duendes, ni paredes verdes. Empezamos a caminar, solo caminaban con sus mochilas enormes de campistas, y yo los seguía. Miré mi reloj, y noté que la aguja daba vueltas rápidamente. No lograba mantener la calma mientras que caminaba por el silencioso descampado, que parecía no acabarse nunca. Por momentos sentía escalofríos de todo sonido que escuchaba a mí alrededor. No eran sonidos normales de animales, eran totalmente desconocidos.
Habían pasado cinco minutos (creo) , me sentía desesperada y empecé a transpirar más que nunca; miraba mi reloj para tranquilizarme un poco, pero vi que se había parado. Mierda, no se ni que hora es. Pero siguen pasando las horas y todavía había un sol espléndido. En un santiamén cerré los ojos y cuando volví a abrirlos no estaban ninguno de los chicos, en su lugar había un chico llorando en una piedra enorme. Me quise acercar con cuidado para no asustarlo y le toqué el hombro sin miedo y el me miró. ¡Qué ojos espléndidos! Tenía una mirada tan linda y tranquilizadora, que mi pulso desaceleró un poco. Nos miramos un rato largo y empezó a acercarse a mi oreja, susurró algo así como un no se qué y mi corazón empezó a latir muy fuerte, transpiraba demasiado y cuando volví a mirar mi muñeca, mi reloj, heredado de mi abuela, ya no estaba. ¡NO! Mi reloj! Empecé a gritar y quise irme pero tenia los pies pegados a la piedra y los ojos clavados en los suyos. Sentí un calor tremendo en mi cuerpo, sentía que me quemaba y el no hacía nada para impedirlo. Vi a un costado mi reloj tirado y traté de acercarme para decirle que me deje ir. Al parecer me entendió y estiré la mano para agarrar mi preciado reloj. Toqué con mis dedos la maya del reloj y se convirtió extrañamente, en un segundo, en una asquerosa y enorme cucaracha. ¡¡Que asco!! A su alrededor había mil cucarachas más, y lo primero que pensé fue salir corriendo. Intenté escapar pero el chico agarró mi muñeca vacía a la que le faltaba el reloj y me dijo pasivamente "En lo más profundo del prado, allí, bajo el sauce, hay un lecho de hierba, una almohada verde suave, recuéstate en ella, cierra los ojos sin miedo y, cuando los abras, el sol iluminará para ti" - ¡¿Qué mierda hablás?! ¡¡Yo me voy!!.
Traté de escapar de esa maldita realidad, busqué salidas por todos lados, creí que todo era tan raro, que tal vez iba a encontrar atrás de un árbol una puerta chiquitita que me haga volver a mi casa. "Conejo de mierda, ¡volvé! ¿Ahora que hago para estar en mi cama?" Y mientras pensaba
en un insulto mucho más agudo para dirigirle al conejo vi pasto, pasto por todos lados y una almohada que parecía super cómoda. Bueno... ¿que hora es? Ay.... cierto que no tengo mi reloj. ¿Donde estará mi reloj? Todavía hay sol, tengo sueño, tengo sueño, tengo sue...

Cuando desperté me di por aludida, estaba de nuevo en mi casa, en mi hogar, con los problemas de familia de siempre, con las obligaciones de todos los días, con mis libros, mis esmaltes, mis cuadros, mis pinturas. Todo estaba ahí otra vez. Pero... ¿Por qué el chico me dijo que el sol me iba a iluminar? Si todo el tiempo peleo con mi novio, con mi mamá, si me va mal en el colegio, si no me veo linda y mi vida no es de lo más hermosa y tranquila?

Estaba muy confundida, pero como vi que era un sueño, no le di mucha bolilla. Me levante para cambiarme la remera, ya que estaba toda transpirada, y arriba de mi escritorio vi una notita verde entre todos mis papeles y apuntes, me acerqué para leerla: decía "El sol te ilumina cada día, no por tu vida es hermosa, si no porque tenés un novio y una familia con la cual podés pelear, podés ir al colegio, podés tener un cuerpo completo aunque tengas unos kilos de más, y tu vida puede no ser hermosa, pero cada uno LA HACE MARIVILLOSAMENTE HERMOSA O TERRIBLEMENTE TRISTE, solo hay que buscarle el lado positivo y saberla aprovechar".....

sábado, 16 de julio de 2011

Cap. 114



No hay tal crisis, una dice no hay tal crisis mientras tira un par de platos al piso, una dice no hay tal crisis y se ríe con su mejor cara de boluda, una dice no hay tal crisis y saca un turno a la peluquería, no hay tal crisis y te pones kilos de tapa ojeras, una ves que aceptas que la crisis es tal crisis estas preparado para aceptar que hay tal crisis. Una dice no hay tal crisis y rompe lo que tiene a mano. Una dice no hay tal crisis y hace stop como loca, una pone su mejor cara de Holiday y dice no hay tal crisis, pero tarde o temprano llega el día en donde la crisis tiene el tamaño de una estría y ahí hay que aceptarla. Se puede negar la crisis un día, un mes, un año pero llega ese día en que la crisis te explota en la cara. Atravesar la crisis es como pasar el pelo por agua oxigenada y que te aclare el pelo de raíz. Llega la crisis: uno cree que es el final, que se termina todo, pero en realidad ahí empieza todo. Atravesar una crisis es como pasar por un buen cirujano plástico, sos la misma pero distinta, dan miedo las crisis. Uno le teme a lo desconocido casi como un mal peluquero. En chino, en japonés, en coreano, en tailandés, en algún idioma oriental crisis significa oportunidad. Las crisis son como los años: te sorprenden y no te queda otra, hay que enfrentarlos y llevarlos. La crisis es un viaje de ida, pero también puede ser un viaje de vuelta.

domingo, 10 de julio de 2011

A VECES HASTA EN LA NADA HAY UN ALGO.


Si, ya se que el título nada que ver pero estaba fachero! Jajaj.

Hola. Bueno... la verdad que no se porque me dieron ganas de contarles (a los que leen esto, que en realidad no se quienes son, pero ¡que lindo que me lean!) un poquito de lo que anda rondando en mi cabeza, y lo que andubo por aquí el ultimo mes.

Como se habrán dado cuenta, abandoné el blog por completo. Me olvidé de Annie, Nico, Pelipe y de todos los mangas de piolas que describía en mi blog. Supongo que algún dia me acordaré de ellos. Siemplemente, nada de ganas de escribir. Y ya me arté, me aburrí: como escritora no serviría. O terminaría mi libro dentro de tres años más.
Es que siempre fuí asi, de repente tenía todo un mes con la cabeza repleta de ideas y locuras para escribir y de un momento a otro, chau. Me quedé sin nada. Tenía todo, pero me sentía aburrida y vacía.

No es que quiera traerles mi mala onda, ¿No? pero estoy taaaaaaaaan cansada y terriblemente pajera (posta, creo que estoy anémica). Encima hay quilombos por todos lados. Y a pesar de eso tomo aire me trago las lagrimas y vivo feliz, como siempre supe hacerlo. Pongo el volumen al máximo canto bien fuerte y ¡chau! continúa la vida. Es más, tengo más de mil razones para estar feliz todo el tiempo: unas amigas de puta madre, un novio increiblemente unico, una familia hermosa, y que a pesar de todo están ahí, siempre, pero siempre :'). Y le agradezco a... Bue ya fue, ya se que no les interesa saber todo esto.

En fin, quería escribir algo para que sepan que estoy viva, VIVA VIVA VIVA! Y despampanante como nunca en la vida! No en el sentido de que estoy linda fisicamente, estoy linda acá adentro, acá, acá en mi corazón! Y todo eso gracias a ........... no. Nada de agradecimientos.

¡Ah! ¡Y no sabennnnn lo que acabo de ver! ¡Estoy más feliz que nuncaaaaa! Tengo 43 seguidores :O Jajajaj estoy orgasmeada de felicidad (?) Gracias Annie, tu fucking historia les gustó a varios al parecer! Que lindooooo :)

Bueno amiguis, me voy a la mierda. Algún día, les prometo, voy a seguir con la historia.

lunes, 18 de abril de 2011

7: Pelipe


Annie se sentía debastada, exsausta, en cada bocanada que respiraba, percibía el aire denso y confuso, no podía vivir en paz, no podía respirar más. Cada paso que daba, cada movimiento que hacía, la hacía sentir perdida, sin direccion, su fe temblaba.
No salía de su casa hace días enteros, y nadie sabía de ella. Y se repetía a menudo "tengo que seguir intentando salir de esto, debo mantener mi cabeza alta. Siempre habrá otra montaña, siempre voy a querer que se mueva, siempre va a ser una batalla cuesta arriba, a veces voy a tener que perder. No se trata de la rapidez con la que llegar, no se trata de lo que me espere al otro lado ,es el ascenso. Las luchas a las que me enfrento, las oportunidades que tomo, a veces me golpeo, pero no me estoy rompiendo. Tal vez no lo se, pero estos son los momentos que mas voy a recordar, si, solo tengo que seguir adelante. Y yo, tengo que ser fuerte, solamente seguir peleando." Y a medida que más lo recordaba, más le costaba. Olvidaba sus propias palabras que había memorizado como un Padre Nuestro. Necesitaba un rayito de luz, algo que la ayudara a revivir otra vez.
Por suerte, siempre había alguien a su lado, que no estaba en todo momento, pero siempre, siempre en esos momentos agobiadores aparecía.
Felipe, el hermano mayor de Annie.
Felipe era simpático y hermoso a toda hora. Si, a toda hora, a pesar de que llevase puesto un sombrero con frutas y pintado de payaso. Era llamativo y nunca pasaba desapercibido. Era muy bizarro y educado, siempre la oía sin juzgarla, la miraba sin proyectar sus cosas en ella, se acercaba sin invadirla. Sabía escuchar a quien necesitaba un par de oídos, y unas cuantas de sus palabras te hacían darte cuenta de muchas cosas, y no podías evitar una desmesurada sonrisa de oreja a oreja.
Ahí estaba "Pelipe" al telefono, como solía decirle Annie cuando era una bebé.

- Decime mi vida- dijo Feli con ternura- ¿Qué te hizo ese imbesil? Lo vamos a matar.- replicó con la voz más pesada.
- No me hizo nada.. El no tiene la culpa de nada, en serio. Negro, necesito salir. ¿Me venís a buscar? Vamos a hacer algo por fa.
- Obvio que si. Ahí voy.

Se sentaron en un carrito de Lomitos y Panchos (era domingo y todo solía estar cerrado) y comieron un lomito cada uno.

- ¿Sabés, Annie? Me contaron que estos son los mejores lomitos de tu barrio, ¿a vos te gustan?

Asintió seria con la cabeza. Prendió un cigarrillo de los que no fumaba hace mucho mucho tiempo y empujó el plato hacia adelante.

- No como más Feli, perdón estoy muy llena.
- ¡¿Llena de que?! No comés nada flaca.- dijo con humor esperando una respuesta de Ana, pero al verla colgada en una nube, continuó - Bueno... ahora contame que pasó con Esteban.
- Y... con Esteban.. no pasó nada.- dijo tosiendo.
- Que estupida que sos, ni si quiera sabés fumar, largá eso.

Tiró lejos el cigarrillo y decidió cerrar la boca por unos minutos más. Hasta que Feli empezó a torturarla para que le cuente. Y le dijo:

- Siento que voy a morirme, necesito alejarme de todo.- las lágrimas se escurrían por sus cachetes rojos.- Felipe la miró cariñosamente y dejó que hablara. - No se, creo que necesito irme a algún lado lindo, que me relaje un poco. Me hace falta olvidarme de la cara de Esteban por unos días... bah, unas semanas estaría bueno. No quiero acordarme de nada. Y necesito ir sola.
- Y bueno boluda, ¿que estás esperando entonces? Mañana voy a comprarte el boleto. ¿A donde querés ir?
- Vos elegís mi destino, ¿qué te parece?.

Felipe se acordó que Annie siempre quiso viajar y que nunca le había regalado nada para sus 20 años, así que quizo jugársela y compró un pasaje en avión directo a Europa, para que, entonces tenga la oportunidad de conocer diferentes culturas allí. Le propuso conocer sus lugares y que no tenga tiempo para pensar en otra cosa que no sea sobre los hermosos museos y paisajes de toda Europa.

"Lo que sea que me valla a esperar allá,va a ser mejor que cualquier otra cosa acá"
...

viernes, 1 de abril de 2011

6: VOMITODEPALABRAS.


Mucho antes del encuentro violento con Esteban, Annie volvía caminando lentamente a su casa, sola, a mitad de la noche, sin nadie que camine con ella, sin una sola esperanza de seguir con su relación con Esteban. Estaba empezando a asumir que en cualquier momento, él la iba a abandonar. Cuando de repente escuchó unos pasos que la seguían, y más tarde un "¡Ana!". Se dio vuelta, y allí estaba él: Su "principe enmascarado".
- No te ibas a ir sin despedirte- le dijo mientras se acercaba.
- Mmmm...- le respondió Ana simplemente mientras su cerebro trataba de encontrar una respuesta a eso.

Se acercó un poco más, hasta que sus cuerpos estaban a un par de centímetros de distancia. Puso con ternura su mano cálida en su mejilla izquierda y su corazón comenzó a latir a cinco mil por hora. Luego acercó su cara y cerró los ojos. Lo único que sentió después fueron sus labios apoyándose en su mejilla derecha. Abrió los ojos, y se dió cuenta que sus caras estaban a pocos centímetros la una de la otra. Sentía millones y millones de mariposas revoloteando salvajemente en su estómago. Luego de unos segundos interminables se separó, y le guiñó un ojo. Bajó la mirada tristemente mientras se alejaba. El cerebro de Ana trataba de procesar lo que acababa de pasar y su corazón no dejaba de latirle deprisa.

No sabía que pensar, ni que hacer, así que solo se quedó sentada en la vereda esperando que algún milagro o cosa rara pasara. Pensó, y pensó mil veces más que tenía aquel hombre que solo había conocido hace un par de horas. ¿Qué hacía que ella se sintiese tan amada, tan consolada, tan distinta a su personalidad fría y dura? Mil preguntas dieron vueltas sin parar y no obtuvo ninguna respuesta.
Estaba en otro mundo cuando sintió que algún sonidito resurgía de su trasero. El celular. Mensaje de Esteban: "¿Donde mierda estás? ¡Te estuve llamando toda la noche a tu departamento!". Obvio, Ana no pensaba responder. Empezó a caminar, y cuando llegó solo se tiró rendida en su cama, sin su máscara, pero con toda la "ropa para salir".

Al otro día, bien temprano, la despertó un golpe sumamente fuerte en su puerta. Supuso que Esteban no era, porque él tenia la llave del dpto.
- ¿Quién es?- dijo con la voz aun dormida y suave, hechándole un ojo a la mirilla.
- Yo, abrime- Reconocería esa voz en cualquier lado (el basura de Esteban)
- Estoy en pijama.
- Te vi miles de veces sin nada puesto y ¿¡te da verguenza que te vea en pijama?! Abrime.

Al ver unas lágrimas correr por el rostro de Ana, Esteban se preocupó y la abrazó preguntandole que pasaba insistentemente.

Annie no lloraba porque lo iba a perder, lloraba porque había destruido todo lo que ella respetaba, había engañado a su novio, y por más que ya no lo quería sabía que lo que había hecho estaba mal. La conciencia le pesaba y no podía pensar en otra cosa que en eso. Pero igual, pensaba ella, fue un engaño doloroso y lindo a la vez, porque por primera vez, había disfrutado estar con alguien más que no sea ese imbesil y frio hombre que siempre llevaba a cuestas su desprecio por todo.

Esteban agarró con fuerza la cara de Annie y la besó. Ella trato de disfrutar su ultimo beso, pero fue asqueroso, fue despreciable, innecesario. No sientió nada comparado con el beso de aquel chico de la fiesta. Fue cualquier cosa, menos amor. No lo sentió en ningun rincon de su cuerpo. Solo percibió un escalosfrios que se apoderó de ella de a poco. Empujó con fuerza el huesudo cuerpo de Esteban y vomitó todo lo que habia pasado, escupió todo lo que tenía para decir, le dijo toda la verdad sin guardarse siquiera un solo pensamiento. Le hizo saber, también, que ya no lo amaba. Y allí fue cuando empezó la batalla naval..

....

domingo, 20 de marzo de 2011

5: Disfraces!


Si, Esteban la amaba.. pero ella no estaba convencida de que su unico y verdadero amor era esa persona. Es decir, lo quería, pero no vivía el mismo amor que vivía él. Se estarán preguntando que pasó entre ellos dos. Bueno... les cuento.
Mas o menos llegando al segundo año de novios, Ana andaba en sus peores momentos. Bah, la relación con Esteban andaba así. Y una mañana decidió salir a bailar, ya que hacía mucho tiempo que no disfrutaba con sus amigas el milagro de los viernes por la noche. A Ana no le gustaban mucho las fiestas en alguna casa, prefería mucho más un bar chiquito donde se pueda tomar algo y charlar, pero ¿qué más daba?, lo unico que quería era despejarse un rato de su novio y de todos los problemas. Ese tarde, Clarita, una de sus mejores amigas le contó que había una fiesta de disfraces en la casa de un chico que iba con ellas a la secundaria, y les había dicho que estaban todas invitadas. Esto no convenció mucho a Annie porque (como ya dije) esas fiestas no le gustaban para nada, es más, le parecía absurdo ir disfrazada, pero como siempre, la presión de grupo pudo con ella, sus amigas le habían rogado para que valla. Se vio arrastrada a una fiesta de disfraces, a un baile de máscaras ni más ni menos.
Al llegar al salón no pudo evitar sorprenderse, porque el decorado era precioso, estilo antiguo, y la música le daba un toque moderno. La combinación perfecta.
Todos estaban invitados, la fiesta era libre y gratuita, pero con una condición, disfraz de época y máscara.
La noche parecía ir tranquila, incluso un poco desanimada para Ana porque todas sus amigas tenían pareja y ella estaba allí, algo descolgada.
Se aburría, no tenía con quién bailar y quería dejarles algo de intimidad a sus amigas.
Se fue al bar a buscar algo para tomar, un poco de alcohol. Necesitaba entrar en calor y desinhibirse un poco o acabaría más aburrida de lo que ya estaba.
-¿Vodka con limón? ¿No será demasiado para vos?- La voz se le hacía familiar. Ana se giró para verlo mejor, no sabía quién era, su máscara le tapaba la mayoría de la cara.
-¿Y a vos qué más te da?-Dijo un poco enojada.
-Es que prefiero bailar con alguien que se mantenga en pie…
-¿vos querés bailar conmigo?-Él asiente.-Bueno, pero primero decime quien sos.
-Emmm…no.
-¿Pero por qué? Mira-Ana se quitó su máscara.- ¿Ves? Yo ya me la saqué.
-No me la voy a sacar. ¿Quieres bailar sí o no?
-Sí, pero antes quiero saber con quién bailo.
-No.
-¿Por qué?
-Porque no sería capaz de hacer esto.- Se acercó y le dió un beso. Un beso suave, dulce e incluso épico.-¿Querés saberlo? Soy tu príncipe enmascarado. El beso le gustó tanto a Annie, que aunque parezca de lo más raro, y sin conocerce, la tentación la enredó. Un beso llevó a otro... y ustedes saben que pasó después.

Ana pensó que nadie conocido los había visto besarse y fugarse de la fiesta. ¡Pero el mundo es tan chico!

Al otro día sintió que todo su mundo se derrumbaba, veía como Esteban tiraba cosas al piso con furia y gritaba "Sos una puta! una puta! eso sos!" Eso fue lo unico que escucho, e hizo de cuenta que le prestaba atención mientras tan solo lo miraba y pensaba en estupideces que se le pasaban por la cabeza. Veía en los ojos de Esteban un dolor extremo, incomparable. Nunca lo habia visto tan enojado en sus casi dos años de noviazgo. Pero la verdad es que ya no le importaba en lo más minimo.

Con el paso del tiempo se dejaron de hablar. Se veían en la calle, y como dos desconocidos (más bien dicho orgullosos) ni se saludaban. Al principio esto le molesto mucho a Ana, pero era cuestión de acostumbrarse. "Si cometiste un error, asumilo".

...

viernes, 18 de marzo de 2011

4: RETORCEMEEE.


Pero a la larga Annie siempre descubría que en realidad lo que los atrapaba era su forma de pensar.
Ella manipulaba cada pensamiento y contestación estúpida de los hombres y los retorcía hasta que ellos suplicaban que los dejara en paz.
Es decir, ¡con Ana no te metás! Olvidate. Era malvada cuando quería, y cuando no quería era la mujer mas dulce y tranquila de todo el mundo.
Sus hermanos eran testigos de la maldad de su hermana mayor. Los hacía sufrir hasta llorar: cuando ellos decían algo, ella rápidamente encontraba una respuesta, que destruía las pequeñas perspicacias de sus hermanitos. Los destruía, los aplastaba, los quemaba, detilaba, pisaba, detonaba, aniquilaba, los evaporaba! (Bueno... no es taaan así) en fin... los hacía llorar mucho. Los retorcía y sacaba información cuando ella quería, para después torturarlos cuando se mandaban alguna macana. Era el diablo en persona.
Y ahora, hablando de roma, les voy a hablar sobre Esteban. Es otro (de los muchos) testigo que sabe como es ella.
Esteban es el ex novio de Annie, estuvieron dos años y medio juntos. ¿Cómo explicarles la historia? Es muy larga... pero tengo tiempo.
Esa relación fue un tanto especial, ya que vivían peleando, cortando, y volviendo. Se lastimaban con insultos amargos y a la media hora terminaban revolcándose en cualquier lugar, apasionados, muy apasionados.
Esteban la amaba, y enseñó a Annie a amarse a ella misma. Annie no se valoraba, nunca. Pensaba que era la más fea del mundo entero, y se trataba de basura por todas las cosas malas que hacía. Pero Estaban.. Esteban la cambió.
Cuando hacían el amor, ella apagaba las luces y se tapaba, pero una noche no pudo pagar la luz. *La miraba con amor, con ternura, con ese sentimiento inexplicable que solo la química y las hormonas alborotadas nos pueden regalar. Ella estaba en pijama, pero no de los lindos, ajustados y sexies. Tenía puesto un pantalón de su adolescencia, que a duras penas resistía los años de maltrato, y una remera manchada con pintura. El pelo grasoso, sucio, atado a las apuradas con la bandita elástica que mantenía cerrada la caja de pizza. Las uñas de los pies despintadas, las piernas llenas de dibujitos hechos en horas de aburrimiento. Y a él le gustaba, con locura.

Esa noche no pudo apagar la luz. Se sentía vulnerable, expuesta, avergonzada. La desnudó sin permiso y cayó en la trampa de sus miedos. Besó cada uno de sus defectos, la cicatríz de su rodilla, los lunares de sus caderas. Acarició poco a poco sus temores, fue domando sus histerias. Le susurró al oído palabras que ya había escuchado, pero que mágicamente sonaban diferente en su boca. Le cantó una canción de amor en silencio, la cautivó con su respiración. Cerró los ojos para no verse, y el los abrío para admirarla.
Esa noche Annie no quiso apagar la luz. Su cuerpo tenso y nervioso no se resistió a su paciencia, a sus ojos cerrados y apretados le ganaron sus caricias, a sus miedos le ganaron sus besos, su sonrisa sincera. Le ganó con ternura, Le ganó con la calma. Fue conquistando centímetro a centímetro su cuerpo, su resistencia, su voluntad* Poco a poco fue mostrándole con sus manos lo hermosa que era, dibujando con sus dedos cada linea de su cuerpo. Y le repetía en el oido: " Ana Paula, te amo, te amo"
Annie nunca pudo olvidar esas palabras, y retumbaban en su cerebro cada vez que sentía el perfume de Esteban en su almohada: "Ana Paula, te amo" "Te amo Ana, te amo" "Paula, te amo Ana, te amo". Pero, a pesar de sus lagrimas, ella sabía bien que lo recordaba solo porque era una masoquista, le gustaba sentirse mal. Pero ya estaba totalmente decidida, lo había olvidado. "Esteban, vivís en el olvido".

miércoles, 9 de marzo de 2011

3: El edificio


Fueron juntos a unos diez centímetros de distancia, sin siquiera rozarse (la lluvia había parado) pero hablando a lo loco, sacandose todas las dudas posibles que tenían el uno del otro. Pero a ella le pareció que Nico ocultaba algo, ya que, cuando Annie preguntó por su trabajo, el solo contuvo el aire y resopló, miró a ambos lados y le dijo a Annie silenciosa y pasivamente que estaba de vacaciones. Bueno, pensó Annie, que algún día se enteraría.
Caminaron cuadras y cuadras por un lugar no muy conocido por ella hasta llegar a un edificio lo bastante alto como para marear la vista de Ana, que levantó la cabeza tratando de calcular su altura.
Nico sacó una llave muy gastada de un bolsillo del pantalón lleno de pelusas y porquerías y abrió la puerta, que rechinó escandalósamente. Al entrar, Ana descubrió que el lugar era medio viejo y pasado de moda, pero muy coqueto. Ella contempló cada uno por uno los cuadritos artísticos colgados de la sucia y húmeda pared de la recepción en donde un pequeño hombrecito con cachetes gordos y colorados y una frente sudorosa saludó cortezmente.
- Buenas tardes, Don Kugler - dijo nervioso pero sonriente.
- Buenas tardes, Dobi ¿Cómo estás?- la voz de Nicolas lo tranquilizó.
- Bien, bien, todo tranqui. Uste' vió, acá andamo'....- dijo con mayor tranquilidad.
Nicolas se tornó serio y borró su cara despreocupada, lo que hizo alarmar nuevamente al recepcionista y todo se volvió rotundamente silencioso.

Se abrió el ascensor, expulsando hacia afuera un olor a humedad y vejez insoportable, y Nico se inclinó en gesto de amabilidad sonriendo y señalando el ascensor con ambos brazos y manos, esperando que Annie pasara primero.
Ella se sintió tan respetada en aquel momento por aquel hombre que no pudo evitar soltar una carcajada nerviosa. Aquel hombre que había usurpado e invadido sus sueños había hecho reir y salir de esa nube de preocupación y desconfianza a Annie. Por alguna razón... pero ella no sabía cual era esa razón.
Tardó unos segundos en darse cuenta de la intención de Nico, y entró al ascensor
- ¿Estás bien nena? Te veo medio preocupada.
Y así era. Ana no era de esas mujeres fáciles de convencer, no era de esas muy confianzudas con las que ganabas rápido, no. No era NADA facil, y tuvo poca gente importante en su vida, sin contar a su familia.
- No te preocupés- desfiguró su cara haciendo una mueca- estoy bien, solo que soy un poco claustrofóbica- mintió (otra vez).
No era hábito de Ana mentir, nunca, jamáz, jamáz de los jamases mases (?). Pero por alguna razón el hecho de estar con un hombre tan lindo y galán como el, le hacía preocupar que el piense que era alguna clase de tonta o hueca.
Igual, en su casa siempre le enseñaron a ser ella misma, y que no importaba que pensaran los demás. Si a la gente le gustaba su forma de ser bien, y si no, lo lamentaba pero nunca debía afectarla en nada.
Pero no quería desaprovechar algo como eso, el era muy lindo, tenía unos razgos superficiales y no muy comunes en aquella ciudad llena de porteños (no es que tenga nada en contra de los porteños, eh..)

A ella no le importaba su físico en absoluto, pero era muy muy llamativa: tenía largo y lacio el pelo, siempre lo llevaba atado en una media colita, excepto en las fiestas y cumpleaños, que se hacía bucles (le quedan espléndidos) y se soltaba por completo el pelo. Tenía unos ojos verdes realmente increíbles, con un gris claro al rededor de las pupilas. Eran increiblemente deslumbrantes,y eso (creía Annie) era la debilidad de todos los hombres. Pero a larga descubría que lo que mataba a todos los hombres en realidad, era su forma de pensar.

...

2: El paragüas negro.


- Hey, ¿vivís por acá, cerca?- Dijo Nicolas, tratando de sacar una conversación.
- Si, vivo a unas tres cuadras de acá, ¿y vos?
- Eehm... si, bueno, no. En realidad estoy de visita en la ciudad.
- ¿Y que hacías solo en la plaza?
- Me había quedado sin comida y salí a comprar al mercado, digamos que la plaza me queda de pasada. Ahora que me acuerdo, compré vainillas y cacao ¿querés venir a tomar algo? - Dijo el sonriente, esperando un si como respuesta.
- ¿Te parece otro día? Es que.. tengo que estudiar.-Dijo Ana pensativa. Ahí fue cuando recordó que desde que es chiquita sus papás le enseñan a no dejarse llevar por los desconocidos. O mejor dicho, en ese caso, los recién conocidos.
- Bueno, no sé si voy a tener otro tiempito libre, pero por vos hago un intento- quiso versear, escondiendo una risita irónica- llevate mi paragüas, total, nos vamos a volver a ver ¿no?

Se despidieron con una sonrisa, que para Annie fue eterna. Se quedó en silencio, viendo como el hombre de sus sueños cruzaba la senda peatonal repleta de pequeñas cabezitas que también cruzaban como en camara lenta, que para Annie no eran más que extraños.
Ana intentó dar media vuelta, pero un impulso raro y unas ganas desesperadas de correr al encuentro de ese hombre la frenaron, y sin pensarlo, corrió, disparada hacia la calle.
- ¡Nico! ¡Nico! ¡Esperáme!- Soltó agitada y ferborosa. Corriendo atolondradamente como solía hacer ella.
- Si, Annie. Decime, ¿qué pasó?
- Me acordé que...- tomó una bocanada de aire, pensando una respuesta lógica y convincente.- el examen es el lunes, así que podría estudiar mañana.

Nico sonrió ampliamente
- ¡Genial! Seguime entonces- Y guiñó el ojo a su nueva amiga y se acercó a al pequeño espacio que habia bajo el paragüas para protegerse de la lluvia.

Annie pensó que ese encuentro inesperado debe de haber sido una señal del destino, que por fín se había percatado de que ella existía.

...

martes, 8 de marzo de 2011

1: El chico de sus sueños.

Ana se sentó a la sombra de un árbol mientras observaba a unos niños corriendo en el otro extremo del parque. Agarró un libro de su mochila, y al abrirlo, las hojas desprendieron ese ruidito que tanto le gustaba. Mientras trataba de concentrarse en su lectura (sin mucho éxito de más está decir), escuchaba a unas palomas remontando vuelo unos metros más allá y a unos perros ladrando mientras jugaban con sus dueños. Se dió por vencida al darse cuenta que no lograba entender lo que estaba leyendo. Dejó su libro a un lado, y puso sus manos en su regazo. Cerró los ojos, mientras sus otros sentidos se inundaban de la paz del ambiente. Y así, se durmió y comenzó a soñar...

En el sueño se encontraba caminando por una calle solitaria. Sorpresivamente veía todo en blanco y negro, como esas películas antiguas donde no existía el color. De pronto, comenzó a escuchar unas sirenas a unas manzanas de ella, y de la nada vio a un muchacho correr hacia ella. El hombre, no reparó en ella y al correr a tal velocidad se la llevó por delante, literalmente. Los dos cayeron al suelo en una mezcla de brazos y piernas mientras el hombre maldecía en voz baja. Se separaron rápidamente, y Ana se paró con dificultad mientras se agarraba el brazo que le sangraba por la caída.
- ¿Está bien? - le preguntó aquél desconocido mientras echaba miradas furtivas a su espalda. Parecía alterado, notó Ana, cómo si alguien lo estuviera siguiendo.
- Sí, no fue nada - mintió ella mientras se apretaba el brazo.
- Mierda - dijo él al percatarse de que Ana estaba lastimada- Lo siento.- y se rompió la manga de su camisa y le vendó con delicadeza el brazo.
Mientras hacia eso, Ana enrojeció violentamente. Al terminar, escucharon las mismas sirenas que había escuchado ella con anterioridad, doblando la esquina. Y en una abrir y cerrar de ojos, el desconocido, la tomó del brazo sano y la llevó a un hueco que había entre dos edificios cercanos. Ana no entendía lo que estaba pasando, pero igualmente confió en aquél extraño. Al meterse en aquél espacio, los dos quedaron uno enfrente del otro, y lo único que escuchaban eran sus respiraciones agitadas y sus corazones latiendo violentamente por la adrenalina. El desconocido observaba la calle esperando ver algo mientras los ojos de Ana se deslizaban por sus pálidos rasgos: la dureza de su mandíbula cuadrada, la suave curva de sus labios carnosos, la línea recta de su nariz, el ángulo agudo de sus pómulos y la suavidad marmórea de su frente oscurecida en parte por un mechón de su pelo azabache. Era sumamente guapo, pensó. Tenía el pelo negro azabache alborotado por el viento y los ojos grises, como el color del cielo cuando está a punto de llover. Tras unos instantes, mientras Ana seguía mirándolo descubriendo cada lunar y cada cicatriz de su preciosa cara, el extraño la miró y sonrió. Su sonrisa era perfectamente blanca, cómo esas sonrisas de propaganda de dentrífico que se veían por la televisión.
- Ya pasó la tormenta- dijo y Ana lo miró sin entender. Él se encogió de hombros, quitándole importancia - Será mejor que salgamos - le dijo dulcemente.
Ana asintió, y juntos salieron al exterior. Al fin en la calle, Ana respiró profundamente, sintiéndose libre, mientras el extraño la miraba con el ceño fruncido, peguntándole algo silenciosamente.
- No me gustan los lugares cerrados - le respondió mientras él se encogía de hombros.
- Por cierto, soy Nicolás, pero decime Nico - le dijo mientras le estrechaba la mano a ella.
- Ana, dime Annie - declaró ella - Y me vas a decir quién te estaba siguiendo. - le dijo mientras levantaba las cejas en forma interrogativa.
- ¿Siguiéndome? - le preguntó un poco nervioso. Y justo en aquél instante escucharon las sirenas cerca. - Me tengo que ir.
Nicolás se acercó a Ana, y le dio un beso fugaz en la mejilla. Ana estaba inmóvil, no sabía que hacer.
- Un placer encontrarnos en este sueño- le dijo él mientras le daba la espalda y desaparecía así como había aparecido antes.
Confundida, Ana apoyó su mano en su mejilla, mientras una sonrisa se asomaba por la comisura de sus labios. De la nada, apareció un auto de policía doblando la esquina, mientras producía una sirena insoportable. Así que eso era el causante del nerviosismo de Nicolás. El coche pasó a su lado, y desapareció a lo lejos, sin apenas reparar en su presencia.
De la nada, comenzó a escuchar que la llamaban a lo lejos. Y luego, notó cómo comenzaba a temblar la calle. "Despierta, despierta" escuchaba que le decía una voz a lo lejos.

Y se despertó. Parpadeó rápidamente, aturdida, sin saber dónde se encontraba. Abrió los ojos completamente, y agachado ante ella estaba Nicolás, el chico del sueño. Miró a su alrededor y vio el parque, y cómo llovía a cántaros a su alrededor.
- Perdona que te haya despertado de esa manera - le dijo Nicolás con voz dulce - pero está empezando a llover y te quedaste profundamente dormida - le explicó mientras se levantaba.
Ana todavía aturdida, agarró el libro apoyado a su costado, y lo guardó en su mochila. Se la colgó en el hombro derecho y se paró con dificultad, notando que tenía las piernas dormidas de tanto estar sentada.
- Gracias Nico - le agradeció mientras lo miraba a los ojos. Todavía pensaba que estaba soñando, no podía entender cómo el chico de su sueño estaba parado ante ella.
- Mmm... ¿Nos conocemos? - le preguntó sorprendido.
Ana cayó a la realidad. No estaba soñando, eso estaba pasando de verdad. Se encogió de hombros tratando de reparar su error, ella no tenía por qué saber el nombre de aquél desconocido.
- Tenés cara de llamarte Nicolás - sentenció mientras ella largaba una risita nerviosa - Soy Ana, decime Annie - le dijo tendiéndole la mano.
- Annie...- dijo probando cómo sonaba en su boca - Me gusta - y sonrió mientras le estrechaba la mano. Ana respiró aliviada, por lo menos no había pensado que estaba loca.
- ¿Tenés paraguas? - le preguntó mientras que con la cabeza apuntaba hacia la lluvia. Ana sacudió la cabeza, se había olvidado su paraguas en su casa pensando que iba a ser un día soleado. - No importa, podemos usar el mío - le dijo mientras le guiñaba un ojo.
Ella asintió y sonrió ampliamente, pensando que al fin había encontrado al chico indicado, al chico de sus sueños.

sábado, 19 de febrero de 2011

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Me tocó ser mujer y no puedo estar más orgullosa y feliz de serlo. Me banco que nos llamen histéricas, los sidromes pre menstruales, los mentruales y los post mentruales. Me banco los mil y un calificativos que nos pongan por la vida, loca , bipolar, infumable, ciclotímica. Alteradas. En un punto todas las mujeres somos alteradas porque como dijo Maitena : Una mujer alterada no es una loca. Una mujer alterada es una persona que está cambiando... Y creo que fue Borges quien dijo, que los únicos que nunca cambian, son los tontos y los muertos.
Como mujeres que somos vivimos en cambios, los cambios pueden doler o no, pero al fin y al cabo nos hacen crecer, experimentar y madurar, ya sea por que el cambio fue para bien o porque fue para mal y aprendimos de nuestros errores.
De chica soñaba con casarme con un hermoso marido más bueno que el pan, teníamos una casa bonita y los hijos más perfectos. Era lo que tenía a mi alcance, lo que hasta ese momento llegaba a ver. Hoy no quiero ni pensar en un matrimonio, vestido blanco e iglesias. Quizás consiga varios amantes ya que no tendré tiempo para compromisos. Cambiamos cuando decimos dejar de escuchar música disney y pasar al punk rock de los 70. Cuando empezamos a odiar las comedias románticas y queremos llenarnos de dramas sin finales felices. Cambiamos cuando nos dimos cuenta que lo más importante no es conseguir un buen marido sino conseguir éxito profesional y reconocimientos. Cuando pasamos del pelo largo al pelo corto. Cambiamos cuando dejamos de ser sumisas y es entonces cuando alguien nos llama revolucionaria. Cambiamos cuando nos damos cuentas que no hace falta ser una buena cocinera o ama de casa para ser una mujer completa, después de ver ese modelo durante toda tu vida. Cambiamos cuando ayer no conocias una banda y hoy estás escuchando y analizando cada letra y entonces ya sos una fan más. Cuando preferías despegarte un poco del cine comercial y buscás alternativas de cine independiente. Cuando prefeimos reir que llorar, cuando nos damos cuenta que traemos en nuestro vientre la luz y la esperanza, que todo gira en torno nuestro, que nuestro corazón es el motor que mueve al mundo. Porque los hombres mueren por las mujeres, mueren por sus madres, por sus hermanas, por sus amantes, por sus novias, por sus esposas.Porque somos imprescindibles, aconcejamos, curamos, abrazamos, acompañamos, secamos lágrimas y damos la palabra de aliento precisa, brindamos calor cuando alguien tiene frío y estamos de pie hasta en la peor de las tormentas. Cambiamos cuando nos damos cuenta que preferimos cambiar y no está mal! Nada mal...



Escrito por: Alicia en el país. Idola (L)

sábado, 29 de enero de 2011

No se, che..


Hoy (hasta ahora) no es uno de esos dìas que vos digas "que día tan bueno voy a tener hoy", pero igual tampoco tengo como saberlo o no? Acaba de empezar, empezó raro, no se, como que si hoy no fuera a pasar nada divertido, como si este día fuera a ser un completo aburrimiento.

Hoy es uno de esos días en que me quedaría tirada durmiendo en la cama si fuera posible, pero como la vida se vive y no queda otra que vivirla aca estoy, sentada en frente de un monitor escribiendo palabras que salen así, como a mi cabeza se le ocurra.


Si uno pudiera elegir entre vivir y no vivir (cosa que no imagino como sería) ¿Qué eligiría? Porque si uno no vive no sabe que es vivir, pero si vivis no sabés lo que es no vivir por lo tanto: resulta un tanto complicado. Además si no vivis no sos y al no ser no elegís, porque no existis (?) creo... nose, ya me mezcle. Además tendría que ponerme a analizar que es vivir y que es no hacerlo y por ahora estamos en una creación de una nota y no en una clase de filosofía.
Estoy analizando la posibilidad de convertir esta nota de hoy en rutina y día a día ir escribiendo algo medio loco, pero si lo vuelvo rutina dejaría de divertirme por lo tanto no sería lo mismo, además no todos los días tengo algo nuevo que decir, porque me quedaría sin ideas y no sabría que mas escribir. ¿Es eso posible? Espero que no , porque sería como hablar mucho y después no saber que decir y no poder hablar más porque ya hablaste de todo.


Yo creo que a diferencia de las demás personas soy otra persona, y eso implica todos mis rayes y locuras matutinas, vespertinas y nocturnas (?) , que gracias a dios (nose porque lo digo si lo dudo) las tengo, porque forman parte de mi y me hacen ser esa persona loca que nadie quiere ser pero que te hace reír de vez en cuando.


Si tubiera que elegir una palabra en este momento creo que eligiría CUAJO, nose porque me llamo la atención, es como.. rara , no se ni siquiera si es una palabra o una expresión o lo que sea, tendría que buscarlo.


Lo busque y se me revolvió el estomago , creo que es porque no desayuné pero si lo hubiese hecho me sucedería algo similiar

cuajo.
(Del lat. coagŭlum).
1. m. Quím. Fermento de la mucosa del estómago de los mamíferos en el período de lactancia, que coagula la caseína de la leche.

No tenía ni la más mínima idea que de ahí venía la palabra cuajo, yo siempre supuse que era de raíz.

Bueeeno, terminé de hablar boludeces porque me aburrí, aparte me estoy durmiendo y no se para que digo todo esto porque yo no tengo porque darle explicaciones a nadie (va algunas personas, como a mis padres, ¿si?) y esta es mi nota así que se terminó.

MUY PEQUEÑOS.




jueves, 27 de enero de 2011

CHARLA CON LA AGU.

- Bueno, dale, seguime contando lo de Juancito.

- Bueno, resulta que el, taaan basura, me dijo que Robertita le firmo el muro y que decía algo de que lo extrañaba... pero lo borró porque...

- (Quién es roberta?, bueno, cuando termine le pregunto. Aaaa el muro, hablando de eso tengo que entrar a mi face, para ver si la Cami me respondió lo que le pregunté, y cierto que mi novio me habia pedido que entre a su face a escribir una cosita. Bueno, concentrate pelotuda!!)

- ...y yo ya no sabía que hacer!!! O sea, ponete a pensar que yo estaba como loca gritandole que se valla a la mierda, no entendía nada de nada, y el todavía se hacía el chistoso y...

- (¿Cómo estará mi mamá? Ya la extraño... uh le tenía que comprar la comida a la perra, bue... que se cague de hambre. Me embola. Yo siempre le doy de comer y los demás ni MIERDA! Pobrechiiiiitaaaaa... igual le voy a comprar comida. Yo no soy así de mala. Eeem bueno, donde me quedé? Ah! si, lo de Juancito) ... ¡ESPERÁ! Quíen es Roberta?

- Uh la p que te parió! Que colgada que sos Agustina, dejá no más le voy a contar a la Ailu.

De chiquita tambien era chorra JAJAJAJA :P

Un día fuimos a lo de mis primos y estuvimos toda la tarde jugando a las barbies y a armar rompecabezas. Hubo una ropita de barbie que me encantó, la quería para mi. Asi que calladita me lo guardé en el bolsillo del pantalón .
No me pregunten como, pero se dieron cuenta del delito cometido cuando nos estabamos subiendo al auto para ir a casa. Yo, feliz, imaginando a mi barbie con ese nuevo regalo que tenía para ella...

Mamá: Agustina, acaba de llamar tu tía diciendome que tu prima no encuentra ese traje de sirenita azul, lo tenés vos?

Agustina: No...

Mamá: Agustinaaaaa!

Agustina: Mamá no!

Mamá: No hagás que te revise los bolsillos

Agustina: ...

Mamá: PENDEJA DE MIERDA!!!











Pero buena.

miércoles, 26 de enero de 2011

COSAS INTERESANTES DE UN MARTES POR LA NOCHE

No alcanza con los 1300 millones de grados de sensación térmica, o putearme feamente. Claramente, no alcanza... pará que voy al baño; te sigo hablando Martita.(Sí, martita se llama mi blog, y cual hay?)
y como no es suficiente, me tiene que agarrar un dios todopoderoso dolor de ovarios. Un padre no misericordioso sino condenante dolor de ovarios. Uno de esos dolores de ovarios que me hacen desmayarme, vomitar y retorcerme hasta que alguna de las 4 pastillitas mágicas hagan efecto.
Y mi único pensamiento no era: por favor, que se me pase. No, ese no era.
Mi pensamiento era: voy a la cocina, agarro un cuchillo y me suicido. Si me muero, nadie se entera por mucho tiempo.

la puta madre. Qué buen humor que tengo.

miércoles, 5 de enero de 2011


Quiero escribirte algo. Ya sabés, alguna tontería de esas que te hagan sonreír cuando la leas. Alguna frase bonita, que refleje un poco lo siento, un fragmento de película, algunas frases perdidas de una canción que escuché en cierto momento y me hayan venido a la memoria. Pero no encuentro nada que sea capaz de acercarse a lo que siento. Podría decirte cualquier cosa, ¿sabés? Y no quedaría mal. Podría decir te quiero, te amo, no quiero que me dejes nunca, y cosas así. Pero quizás no sería cierto. ¿Nunca? No puedo decirte cosas así. ¿Qué se yo lo que va a pasar dentro de uno, dos, cinco, treinta años? No puedo decirte nunca. Yo... yo soy un manojo de nervios, no tengo pedal de freno o no funciona. Yo cambio y me muevo. No sé lo que va a pasar mañana. Sé que te quiero, ahora, en este instante, y en el de más allá probablemente también, pero dentro de muchos instantes quizás no. Pero ahora...ahora daría la mitad de los años que me quedan por verte sonreír.

He reído solo para hacer creer a la gente que soy feliz. Lloré hasta que se me acabaron las lágrimas, perdoné lo imperdonable. Tuve , tengo y tendré a las mejores personas cerca. Quise como nadie lo hará jamás. Conseguí fuerzas donde no las había. Hice reír a la gente con mil tonterias. Me porté como una pendeja solo para que vieran que todavía tengo algo inmaduro dentro de mi. Fuí el pañuelo de lágrimas de aquellos que se han derrumbado. Llamé por teléfono solo para que se acordaran de que existo. Me hice la sorda solo para no oír lo que no quería escuchar, y la ciega para no ver lo que dolía. Conocí al primer amor. Tuve enfrente al desamor. Dije TODO lo pienso. Me tragué mi orgullo para no perder a personas importantes. Me guardé cientos de lágrimas para hacer creer que soy fuerte. Tuve momentos de locura solo para ver como la gente es feliz..
Y hoy, fuí capaz de levantarme, mirar al frente y sonreír por todo lo que la vida me dio :)

viernes, 17 de diciembre de 2010

Se ríen de mí porque soy diferente.Yo me río de ellas, porque son todas IGUALES...

















La vida es un cuadernito de hojas en blanco,esperando ser escritas por su dueño. En éstas hojas cada uno sabe como van a ser escritas sus palabras, con que cantidad de fuerza, de esperanzas, de dolor. sólo los valientes se atreven a escribir los miles de obstáculos que se presentan en la vida y los escriben porque confían ciegamente en su capacidad para romper cualquier pared que te impida seguir, y el que no tenga verguenza en seguir costruyendo su destino será el ganador y quien no tenga miedo al dolor será el más afortunado, porque si no conoces el dolor no hay forma de saber aprovechar la felicidad. Hablando de felicidad, la felicidad es a veces un don, pero generalmente es una conquista. Un instante nos puede ayudar a cambiar, nos empuja en la dirección de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a pasar por momentos difíciles, vamos a enfrentar muchas desilusiones, pero todo eso es pasajero, inevitable, y les juro, vamos a terminar orgullosos de las marcas que quedan en nuestro pasado por todos los obstáculos. En el futuro siempre vamos a poder mirar hacia atras :)
Hay que ser valientessss, y punto final.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

"..estoy incondicional e irrevocablemente enamorada de él"


Bésame como siempre has querido que yo lo hiciera contigo y saborea hasta el último recoveco de mi alma. Anúdame a tu cintura y déjame sin respiración. Hazme gritar y no pronunciaré otra palabra que no sea tu nombre. Acaríciame con tus dientes y succiona cada uno de esos latidos que grita tu nombre. Cántame al oído, al son del amor prohibido. Regálame un suspiro, aliento de vida. Desnúdame los sueños que, por mucho que los calendarios quieran llevarme la contraria, HOY ES VIERNES. Si consigues que me sonroje, el premio es tuyo.

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