lunes, 2 de agosto de 2010

Y sí, no me quedaba otra que quedarme a esperarla a la señorita a que me traiga mi preciada llave. Estuve dos dias sin ella, y casi muero.
Miré ese rinconcito de la Ramirez de Velazco y Alvear, estaba un poco sucio, pero me senté igual.
Aaah! Que lindo, pasaba la gente por ensima mio como si no me vieran. Hay veces que no sé donde meterme, me hubiera gustado que en esos momentos la gente no me viera, como en ese instante.
Algunos pasaban riendo; otros pasaban seriotas, como enojados; otros acompañados; otros corriendo; otros caminaban simplemente como si no tuvieran nada mas que hacer que caminar, y ver como caminan los demás.
Y yo? que hacía? Esperaba... 6 15, y la señorita no venía... 6 30. Listo, me quise parar, y todo lo que pensaba se me vino abajo, me senté de nuevo y decidí quedarme ahí aunque sea un minuto mas.
Pensé que si me quedaba tal vez se iban a ir todas mis preocupaciones. Ese fuck rincón hizo que todo lo que preocupaba, todo lo que me agobiaba... se fuera.
Ese minuto pasó como si fueran tres horas. Hasta que sentí un paso en frente mio que me despertó por completo de esa escapadita a no sé donde. Miré para arriba y sonreí, eran mis llaves en las manos de mi amiga.
Ojalá hubiera sido mas tiempo, ojala ese instante en esa esquina hubiera durado más. Fue lindo mientras duró.

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